Páginas

viernes, 31 de marzo de 2017

Ruptura





En teoría el bufete que compartíamos Jaime y yo tenía todas las papeletas para perdurar, como esos conjuntos incombustibles tipo Dúo Dinámico. Él alto y bien parecido; yo canijo y pusilánime. Él un formidable relaciones públicas, capaz de convencer al cliente de que vaya a juicio, aún con todas las de perder, y cargar al despacho cuentas exorbitantes de comidas y viajes. 
Yo pésimo orador, pero dispuesto a trabajar concienzudamente catorce horas al día, bebiendo un horrible café de recuelo para no dormirme.
Quizás los celos me han consumido, pero sólo hay una vida y es ésta.  Por la mañana me he acercado a la ventanilla del banco y limpiado la cuenta corriente del bufete. En billetes de doscientos. Lástima no ver su cara cuando haya leído mi nota:

«Jaime. No te soporto más y tiro la esponja. Me largo a reflexionar a los mares del sur».

No hay comentarios:

Publicar un comentario