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sábado, 25 de noviembre de 2017

‘ATENCIÒ PLENA, MENT OBERTA’























Puestos a fantasear, el premio Nobel de la Paz se compartiría entre Carles Puigdemont y Mariano Rajoy. Irían a recibirlo en kimono y entonarían a coro un haiku, en lugar de los interminables discursos al uso

Ha llegado el momento de mirar hacia el futuro y no estancarnos en el pasado. La frase, que en principio parece brillante y positiva, se me ocurrió en una de esas noches de insomnio en que no sabes si contar ovejas clonadas, tomarte una benzodiacepina, o mirar la teletienda. Hasta caer rendido con cualquiera de las opciones. Finalmente combiné las tres. Y brotó el pensamiento desde un rincón remoto de mi inconsciente.
Leída ahora, la expresión presenta dificultades de aplicación, sobre todo si se refiere al conflicto hispano-catalán. Disculparán que siga con la matraca, cual Jordi adoctrinando a un preso peruano compañero de celda en Soto del Real. Lo lamento, el asunto me persigue y quizás sea la causa de mi insomnio. 
Es más, me resulta obsesivo. Mi vínculo más firme con Cataluña es un primo en L´Hospitalet de Llobregat (se llama Jordi, naturalmente), que inunda mi correo electrónico con sus proclamas de independencia. En mi último cumpleaños me regaló una toalla estelada. 
Con el fin de mantenerme ecuánime, entremezclo las opiniones de Jordi con las recibidas de otro primo, José Antonio, residente en Madrid y nacionalista español. Por un fenómeno de sincronicidad, el mismo día de mi aniversario me hizo llegar otra toalla con la bandera constitucional. Utilizo ambas, alternativamente, en la intimidad. Es mi ejercicio de equidistancia. 
Leo en las etiquetas que las dos piezas se han fabricado en la provincia china de Shenzen. De nuevo la globalización se impone a las ideologías más arraigadas.
En este mismo sentido integrador, mi propuesta para remontar la disputa no consiste en reformas institucionales, ni en aumentar el déficit público para contentar a tirios y troyanos. Se basa en la filosofía zen actualizada. Lo que llaman atención plena o mente abierta. En inglés, mindfulness
Resumiendo, se trata de lograr el equilibrio mental de forma consciente. Lo han conseguido millones de ejecutivos estresados que antes buscaban una ilusoria felicidad en el consumo desenfrenado.
El promotor del invento, Jon Kabat-Zinn, septuagenario médico estadounidense, se ha forrado con sus libros sobre mindfulness y con los cursos sobre la materia impartidos en todo el mundo. Dice mantener contacto fluido con el Dalai Lama. Un número incontable de personas han practicado sus enseñanzas. 
Aconseja que dejemos de encerrarnos en nuestras manías, en las espirales negativas de nuestro pensamiento. A cambio debemos prestar atención al momento presente de manera contemplativa, y no juzgarlo a través de las propias creencias. 
Kabat-Zinn ha conseguido que la gente supere el dolor y la frustración mediante la meditación trascendental. Si la gente renunciara a las manifestaciones masivas –y a las injurias a través de las redes sociales—, cambiándolas por el buen rollo individual de la mente abierta, otros procesos nos cantaran. 
Descarto que las fábricas de Shezen sufrieran un colapso por la caída en la demanda de símbolos textiles identitarios. Los chinos tienen una capacidad de adaptación extraordinaria. Decorarían las toallas con paisajes bucólicos, sembrando paz espiritual. 
Por mi cumpleaños, Jordi y José Antonio, al fin bien avenidos, me obsequiarían con hermosos poemas de amorYo los invitaría a un menú japonés de degustación en el restaurante Uasabi. ¿Tokio? No, Zaragoza. A mitad de camino. 
Y puestos a fantasear, el premio Nobel de la Paz se compartiría entre Carles Puigdemont y Mariano Rajoy. Irían a recibirlo en kimono y entonarían a coro un haiku, en lugar de los interminables discursos al uso. Les recomendaría el siguiente:
No te des prisa,
que a donde te diriges
es a ti mismo.


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