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viernes, 11 de mayo de 2018

ESE MONSTRUO QUE NOS HABITA














Ese monstruo o esa monstrua, faltaría más. Hablo por propia experiencia Pues quien esto escribe reside dentro de otra persona como un alienígena. O ese alien habita dentro de mí, vete a saber. 

A causa de ello es frecuente la tribulación que embarga a los vecinos de un asesino en serie cuando los entrevistan para el telediario y disfrutan sus 20 segundos de fama. 

—Aún no puedo creerlo. Era una persona sensible, pacífica, incapaz de matar a una mosca —afirman atónitos, luego de descubrirse el undécimo cadáver descuartizado que ha llevado a la detención del presunto criminal debido a las muestras de ADN. 

Obviamente los once cadáveres no eran de insectos dípteros. El delincuente era entomólogo y por lo tanto adoraba a las moscas. Los vecinos se han anclado en el recuerdo del inquilino educado, aunque de pocas palabras, con quien coincidían frecuentemente en el ascensor sin temer nunca por sus vidas. 

Cualquiera de nosotros ha conocido a ese amigo encantador que se evaporó de la peña tras pedir prestados 1.000 euros por cabeza sin que corriera la voz de alarma. Aquel colega llevaba años disimulando que llevaba un estafador dentro. Hasta que llegó su hora.

En un ámbito superior, debido a sus altas responsabilidades y a sus decisiones que nunca pasan inadvertidas, muchos cargos públicos no dejan de sorprendernos con su doble personalidad. 

Para probar esta aseveración me baso en un informe que ha llegado a mis manos, a través de un encapuchado que vino a verme enviado por las cloacas del poder. Con el fin de preservar la intimidad de los investigados, se omiten los nombres completos (los apellidos sí aparecen). 

También abundan los anglicismos, que evitarán querellas por delitos de injurias, calumnias o prevaricación. Ya se sabe que el inglés no es patrimonio de los españoles.

Veamos ocho muestras de trastornos disociativos entre los poderosos, conectadas con las últimas noticias. Primero, en el plano internacional con dos de sus dos figuras más emblemáticas.

Como excepción a la regla, la verificación de que todos llevamos una bestia dentro se quiebra en el caso de D. TrumpÉl lleva the beast outside y no lo disimula en las social networks

Por su parte, V. Putin enmascara a un Tsar of all the Russias, que se mantiene en el trono gracias a su Foreign Intelligence Service (antes KGB) y al dominio de las fake news

En el ámbito nacional, C. Cifuentes portaba una fashion victim en su interior, a la par que una invisible friend para presentarse a los examinations

Desde la cuna, C. Puigdemont alberga en sus entrañas a un very honorable president, lo que explica su obstinación infantil para que no le sea extirpated by article 155.

Bajo su apariencia angelical, A. Rivera esconde a un political killer, capaz de infligir a Vargas Llosa & Preysler un implacable desgaste como mayors of Madrid, dada su avanzada edad.

P. Iglesias oculta detrás de sus discursos contra la casta, a un auténtico devourer of leaders, que podría llevarle a ser el only member de su partido.

Tras la fachada de su apostura masculina, P. Sánchez encubre a un terminator o humanoid robot, especializado en aniquilar a la old guard y a sus acólitos.

En lo más profundo de su mente liberal, M. Rajoy cobija a un sadistic tyrannical. La diferencia entre ambos es que el visible prime minister abraza a los condenados y besa a las condenadas, para que enseguida su otro yo ordene que los arrojen al foso de los leones.

Dispongo de muchos más ejemplos, pero ha llegado la hora de la merienda y mi personal cookie monster me azuza a tomar un café con leche y galletas.