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viernes, 26 de enero de 2018

CIBERPOLÍTICA





















La clase política resiste los embates de las nuevas tecnologías, al negarse tercamente a reconocer que la presencia física de los dirigentes y de sus votantes en las democracias participativas, no es más que una antigualla. Solo el PP lo ha asumido, pese a  ser  segundo en el ranking de partidos viejunos con ámbito estatal

Por el contrario el PSOE, a sus 149 años de honradez dentro de lo que cabe, se empecina en pasear a Sánchez de mitin en mitin, imprimiéndole un rostro ojeroso, tan distinto de aquella lozanía que exhibía en su primera reencarnación.

Ni siquiera los de Ciudadanos, que van de modernos por la vida, se sustraen al uso y abuso público de Rivera o de Arrimadas, siempre a la intemperie y expuestos al acoso indepe. Y no digamos el desgaste físico de Podemos, representado por un Iglesias que, a este paso, sufrirá alopecia prematura por exceso de exposición mediática.

En cambio, Rajoy, presidente con modales analógicos en sus iniciosrompió la inercia plasmando en el plasma sus declaraciones. Mi abuelita también fue precursora a su manera. Reacia en principio a la presencia de un televisor en casa, acabó renegando de sus principios rurales. En sus años postreros charlaba animadamente con los presentadores de los informativos, en un cruce de opiniones que nos transmitía en la sobremesa camilla.

Tengo la seguridad de que el pueblo español está preparado para aceptar que los procesos electorales se realicen virtualmente. Un outsider como Carles Puigdemont ha superado al pionero Rajoy, apareciendo en inquietante presencia ectoplasmática cuando menos te lo esperas. Como un Gran Germà de Orwell en Homenaje a Cataluña.

Con el objetivo de analizar el uso de la tecnología LED (Liderazgo En Directo), he entrevistado a un experto influencer en redes sociales. Me refiero a Joni Megabites, nick de un chaval con solo14 años de edad. Acumulaba hace un rato 1.675.823 seguidores en YouTube. A la edad de 12 inventó Jetabook, una web de redes sociales que pretendía competir con Facebook en el mercado hispano.

Logró tan solo127 usuarios. Pero como internet permite exagerar las cifras sin ningún rubor, consiguió vender Jetabook, por 127 millones de euros, a una multinacional china, interesada en expandir en América Latina su negocio de jamón ibérico falsificado. A pesar del pelotazo, Joni sigue viviendo en el barrio humilde que lo vio nacer, eso sí, de puta madre, como diría un colegui de su grupo en whatsapp. 

De hecho no ha salido de su cuarto desde que tuvo uso de razón, excepto para hacer sus necesidades más imperiosas, como abrir la puerta al mensajero que le trae componentes  informáticos comprados en Amazon.

Mira tío —me escribe a través de gmail— el Puchi es el fucking master de la mobida, toda la peña de la kasta  ba a acer lo mismo q el, botaremos desde la makina y ganara el chorbo o la chorba q junte mas megusta en la gueb”.

Le remito este mensaje: “¿Y qué pasa si encarcelan a Puigdemont, y le impiden acceder al Parlament?”. La respuesta de Joni llega en unos segundos.

Chungo pa el Mariano, me sopla un follower katalan q Puchi tiene programao en HootSuite mazo tuits para kuatro años de matraka y pelis de maderos dando ostias para avurrir, no son listos los Yordis! el Puchi controlará desde Barna, o si no con el serbidor de 10 Exabytes q le alkila el Assange”.

“¿Y cómo se pueden aplicar garantías  en un proceso electoral tan atípico?”, insisto

“Tronco mola mas la posverda de los hackers y trolls k kontratar al Bigotes”. 

¡Yo cuidando el estilo en mis crónicas, y viene el Joni y me lo eskachufla!